Belarús utilizaría armas nucleares en caso de “agresión”, afirma Lukashenko
Ángela Reyes Haczek
(CNN) — Belarús estaría dispuesto a utilizar las armas nucleares cedidas por su aliado cercano Rusia ante una “agresión” extranjera, declaró el jueves el presidente Alexander Lukashenko, mientras aumentan las tensiones en torno a las fronteras del país con las naciones de la OTAN.
Minsk ha desempeñado un papel clave en la guerra de Rusia en Ucrania: Moscú utilizó a Belarús como una de sus plataformas de lanzamiento para la invasión en 2022, mientras que los simulacros militares conjuntos de Rusia y Belarús en el último año han alimentado la preocupación de que las tropas bielorrusas podrían unirse a las fuerzas rusas en el conflicto.
En junio hubo reportes sobre el envío de cabezas nucleares rusas a Belarús con fines “disuasorios”, según el presidente Vladimir Putin.
En una entrevista concedida a la agencia estatal de noticias Belta, Lukashenko afirmó que Belarús “nunca se involucraría en esta guerra” a menos que los ucranianos cruzaran su frontera.
Pero añadió: “Seguiremos ayudando a Rusia, es nuestro aliado”.
También advirtió que, en caso de provocación —especialmente por parte de países vecinos de la OTAN como Polonia, Lituania y Letonia—, Belarús “respondería inmediatamente con todo lo que tenemos”, incluidas armas nucleares.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, y su par Alexander Lukashenko en un encuentro en el Kremlin, en Moscú, el 6 de abril de 2023. (Crédito: Oficina de Prensa del Kremlin/ Anadolu Agency vía Getty Images)
No está claro qué cantidad del arsenal nuclear ruso se ha transportado recientemente a Belarús, y las autoridades estadounidenses y de otros países occidentales no han confirmado públicamente que se haya transferido armamento alguno, aunque funcionarios de alto rango de la Agencia de Inteligencia de Defensa de Estados Unidos (DIA) afirmaron que no tenían “ninguna razón para dudar” de la afirmación de Putin.
Durante la entrevista, Lukashenko afirmó que si Belarús es atacada “no nos detendremos”. “Utilizaremos todo el arsenal de nuestras armas para disuadir”, dijo.
“No hemos traído armas nucleares aquí para asustar a alguien”, añadió. “Sí, las armas nucleares representan un fuerte factor de disuasión. Pero se trata de armas nucleares tácticas, no estratégicas. Por eso las utilizaremos inmediatamente en cuanto se lance una agresión contra nosotros”.
Los altos funcionarios de la DIA dijeron en julio que no creen que Lukashenko tenga ningún control sobre el arsenal, que con toda probabilidad estaría totalmente controlado por Rusia.
Tensiones regionales
Los últimos comentarios de Lukashenko se producen en un momento en que el panorama de seguridad en Europa es cada vez más volátil. Los vecinos del norte de Belarús están en vilo por la presencia del grupo mercenario ruso Wagner, estacionado allí tras su efímera rebelión en Rusia a principios de este verano.
En las últimas semanas se ha informado que las tropas de Wagner se dirigen hacia una delgada franja de tierra entre Polonia y Lituania, en un aparente intento de aumentar la presión sobre los miembros de la OTAN y la Unión Europea.
Aludiendo a la preocupación por Wagner, Polonia anunció recientemente que desplazaría unos 10.000 soldados a su frontera con Belarús y detuvo a dos rusos acusados de espionaje y difusión de propaganda para el grupo mercenario ruso.
Lituania dijo el miércoles que suspendería temporalmente las operaciones en dos de sus seis puestos de control fronterizos con Belarús debido a la preocupación por las fuerzas de Wagner. El ministro del Interior citó “amenazas emergentes a la seguridad nacional y posibles provocaciones en la frontera”.
En respuesta, Belarús criticó a Lituania por dar un “paso poco constructivo y poco amistoso”, calificando su razonamiento sobre Wagner de “descabellado”.
Durante la entrevista del jueves, Lukashenko negó que Putin pudiera haberse debilitado por el fallido motín de Wagner, calificando tales afirmaciones de “disparate total”.
“Putin está ahora más movilizado, es más astuto y más sabio. Nuestros adversarios deben saberlo”, declaró Lukashenko, y añadió: “Nadie derrocará hoy a Putin”.
También reiteró que había sido idea suya desplegar combatientes Wagner en Belarús. “Para sofocar este motín, para apagar este incendio, era necesario aceptar cualquier condición, porque el motín podría haber sido devastador para todos”, dijo.
Guerra en Ucrania
Lukashenko también se pronunció el jueves sobre la guerra en curso, advirtiendo que Moscú nunca renunciará al territorio de Crimea que se anexionó ilegalmente hace más de siete años.
Aunque Rusia está abierta a negociar sobre Ucrania, “nunca jamás devolverá Crimea”, dijo, según Belta.
“No ocurrirá. Por ahora dudo que se pueda llegar a algún acuerdo aquí, en el este. Pero Rusia está dispuesta a discutir cualquier tema. Lo sé con seguridad”, dijo Lukashenko.
Un soldado ucraniano en un vehículo de combate de infantería sueco CV90 cerca de Bakhmut, región de Donetsk, Ucrania, el 25 de junio. (Foto: Roman Chop/AP)
Sin embargo, afirmó que los ucranianos “están presionados por los estadounidenses” y no quieren negociar por el momento, y añadió que las conversaciones “tienen que empezar sin condiciones previas”. Cualquier conversación de paz sobre Ucrania debe incluir a Belarús, ya que “tenemos nuestros intereses allí, y nuestra posición debe ser escuchada”, añadió.
Crimea fue tomada por la fuerza por Rusia en 2014 —poco después de que manifestantes ucranianos ayudaran a derrocar al presidente prorruso Viktor Yanukóvich—, cuando miles de soldados rusos de operaciones especiales con uniformes camuflados se desplegaron por la península.
Dos semanas más tarde, Rusia completó su anexión de Crimea en un referéndum, declarado por Ucrania y la mayor parte del mundo como ilegítimo, y considerado en su momento la mayor apropiación de territorio en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
Desde la anexión, los observadores de derechos humanos han descrito la transformación de Crimea en un estado policial, en el que las autoridades locales y los servicios de seguridad rusos persiguen y detienen a quienes consideran leales a Ucrania, incluidos los miembros de la comunidad tártara de Crimea.
Un informe del Departamento de Estado estadounidense de 2020 describía un patrón de abusos contra los derechos humanos en Crimea por parte de Rusia o de las autoridades dirigidas por Rusia, incluidos homicidios arbitrarios y desapariciones forzadas.
Desde entonces, el territorio ocupado se ha convertido en una pieza clave de la guerra en Ucrania, ya que el puente de Crimea —que une la península con la Rusia continental— es un enlace de suministro vital para las fuerzas rusas y un objetivo de la contraofensiva ucraniana.
Belarús, que estuvo bajo control soviético hasta que declaró su soberanía en 1990, es también un Estado autocrático dirigido por Lukashenko desde su independencia.
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