Nora Cortiñas, la historia de un emblema de la defensa de los DD.HH. en Argentina
(CNN Español) — “Norita” Cortiñas fue un emblema de la lucha por los derechos humanos en Argentina. La que fuera cofundadora de la organización Madres de Plaza de Mayo, activista social y madre de un joven desaparecido durante la última dictadura militar, deja tras su muerte este jueves un legado que, para muchos, permanecerá en la memoria colectiva. “Con profundo dolor despedimos a nuestra hermana de lucha Nora Cortiñas, referente indiscutida del movimiento de derechos humanos en la Argentina. ¡Hasta la victoria siempre, querida Norita!”, fue el mensaje de despedida de la organización Abuelas de Plaza de Mayo.
Nora Irma Morales de Cortiñas, “Norita” como se la conocía popularmente, dedicó su vida a la defensa de los derechos humanos y a alzar la voz contra los crímenes de la dictadura militar que gobernó el país entre 1976 y 1983.
La pasión de su compromiso con las causas sociales se encarna en su propia historia: uno de sus hijos, Carlos Gustavo Cortiñas, fue secuestrado el 15 de abril de 1977 cuando caminaba al trabajo con apenas 24 años.
Gustavo era militante peronista y posteriormente integró la organización Montoneros. Estudiaba la carrera de Ciencias económicas, y tenía un hijo de dos años. Como muchos otros, nunca fue encontrado, y su nombre se une a miles que desaparecieron durante el gobierno de facto.
“Nos despedimos sin imaginar siquiera que esa era una despedida terrible”, contó Cortiñas sobre el último día que vio a su hijo, un domingo de Pascua, y describió su búsqueda como un “vía crucis”.
Vivió como “una madre que sale a la calle desprovista de toda información, sin experiencia absoluta de lo que iba a seguir siendo esa búsqueda”, según ella misma relataba. En ese marco fue que se enteró, por su cuñado, que un grupo de madres iba a reclamar a la Plaza de Mayo por sus hijos secuestrados.
El 30 de abril de 1977, 15 días después de la desaparición de Gustavo Cortiñas, las Madres de Plaza de Mayo completaron la primera de sus históricas rondas. A partir de ese año, “Norita” fue parte fundamental de la organización dedicada a condenar los delitos de lesa humanidad y encabezar la incansable búsqueda de los desaparecidos. Desde aquel día, jamás abandonó esa iniciativa, sorteando la amenaza permanente de la dictadura.
“Yo no me ocupaba de nada, solo de buscar a Gustavo de la mañana a la noche”, aseguraba sobre su vida en aquel entonces, reflejando un modo de vivir que la acompañó hasta sus últimos días.
En múltiples ocasiones expresó su anhelo de conocer, antes de morir, qué pasó con su hijo y descubrir quiénes fueron los responsables de su desaparición. Ese sueño quedó truncado, y el pasado jueves, a sus 94 años, Nora Cortiñas dejó este mundo sin saber la verdad sobre su hijo.
Pese a eso, el ímpetu de su búsqueda no fue en vano. En Argentina se han hecho importantes avances en materia de derechos humanos, y más aún en la lucha contra los delitos de lesa humanidad.
Según los últimos datos de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, desde el último golpe de Estado, al menos 342 juicios por delitos de lesa humanidad alcanzaron sentencias, dejando más de 1.200 personas condenadas.
Además, la organización Abuelas de Plaza de Mayo informa que 137 de los cerca de 500 hijos de detenidos-desaparecidos, robados por los militares, recuperaron su identidad.
“Solidaria con todas las luchas del país y del mundo”
Así calificaron las Abuelas de Plaza de Mayo a Cortiñas en su comunicado de despedida.
Era habitual verla en movilizaciones sociales de distinta naturaleza, que daban cuenta de su activismo político. Atribuía ese impulso “visceral y espontáneo” a la forma de vivir que conoció tras la desaparición de su hijo.
“Salí y vi otro mundo que no era, como me decía Gustavo, el de las cuatro paredes de mi casa. (…) Él me hablaba de otro mundo, de ese mundo donde salen a flor todas las vivencias del pueblo, y así como él un día quiso salir a la calle y salir del mundo estudiantil y de bienestar para toparse con la realidad, así me pasó a mí”, expresó en una entrevista a Canal Encuentro.
“Cuando vi las injusticias que hay, y que yo podía ser partícipe para luchar contra esas injusticias, fui de a poco metiéndome en este mundo que es de la política. No soy partidista, soy independiente, pero sí soy política”, añadió.
Una de las muchas causas que la tuvo como abanderada fue la del movimiento feminista. Nora Cortiñas apoyó distintas iniciativas en reclamo por los derechos de la mujer y contra la violencia de género. Entre ellas, estuvieron las movilizaciones por la legalización del aborto en 2018, donde se la veía con un pañuelo verde atado a su muñeca y el blanco de Madres de Plaza de mayo en su cabeza.
“Cuando una mujer se va a hacer un aborto, hay un motivo muy serio, y tiene muchas consecuencias. Es cuando más el Estado tendría que ayudar y proteger”, declaró en aquel entonces.
Cortiñas se describía a sí misma como feminista, y solía explicar que la búsqueda de los desaparecidos implicó un gran cambio para ella y muchas otras madres. Significó la salida de un hogar patriarcal, como lo describía: “Mi marido era el patriarca. Ahora me cuesta decirlo porque soy feminista”.
Su activismo no se limitó a la búsqueda de los desaparecidos y al feminismo. En más de una ocasión se expresó abiertamente a favor de la educación pública, y de la soberanía nacional, y contra el endeudamiento externo y los abusos policiales, entre muchas otras causas de fuerte contenido político.
Su documental y el “Norita Fútbol Club”
Su compromiso con la defensa de los derechos humanos inspiró la creación de múltiples proyectos e iniciativas en distintos ámbitos. Por ejemplo, en 2012, se estrenó un documental sobre su vida “Norita, Nora Cortiñas”, dirigido por Miguel Mirra.
Pero no fue el rubro de las artes el único que homenajeó a Nora Cortiñas. En 2022, nació como asociación civil el “Norita FC”, un club de fútbol inspirado en su historia, del cual fue presidenta honoraria.
La institución tiene el rostro de la integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora en su escudo, y su comisión directiva está integrada enteramente por mujeres.
“Es un nombre que tiene un peso muy importante para nosotras y que significa muchas cosas. Tiene que ver con las luchas que ella encarna, que son luchas que a nosotras nos conmueven”, dijo Estefanía Pinetta, integrante del equipo, en una entrevista a Télam.
El mundo académico también se sumó a los homenajes a Cortiñas. A su título de psicóloga social y su paso como docente en la Universidad de Buenos Aires (UBA), se le sumaron diferentes distinciones. En el año 2000 fue declarada doctora honoris causa por la Universidad Libre de Bruselas. En 2012, la UBA hizo lo propio, y el gesto fue replicado por la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) siete años después.
En 2021 también fue reconocida como “personalidad destacada de la Universidad de Buenos Aires”, durante los festejos por el bicentenario de la institución.
Hasta sus últimos días, Nora Cortiñas se mostró activa y presente en todas las causas que supo acompañar, pero nunca perdió de vista el trágico origen de su militancia, ni el hecho de que su vida estaba comprometida con un propósito mayor.
“Seguir todos los días, mientras nos queda un hálito de vida, seguir reivindicando la lucha de nuestros hijos y nuestras hijas. (…) Los logros son importantes, pero no hablemos en ningún momento de la palabra ´éxito´. ´Éxito´ sería sólo si nos pudiéramos abrazar con nuestros hijos y nuestras hijas”.
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