Rusia lanza un gran ataque aéreo contra Ucrania días después de que EE.UU. le cortara la ayuda militar
Rusia disparó casi 70 misiles, entre armas de crucero y balísticas, y desplegó casi 200 drones en su ataque nocturno contra Ucrania, según el presidente Volodymyr Zelensky, quien reiteró su petición de un cese del fuego parcial de un mes como primer paso hacia una paz duradera.
El ataque fue dirigido contra la infraestructura energética de Ucrania en varias regiones, incluidas Odesa, en el sur; Chernihiv, en el norte; Poltava, en el este, y Ternopil, en el oeste, dijo Zelensky en un post, en X.
“Todo iba dirigido contra infraestructuras que garantizan una vida normal”, añadió.
Tras el “enorme” ataque nocturno, Zelensky volvió a insistir en su deseo de un alto el fuego de un mes, un plan planteado por primera vez por el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y discutido desde entonces por los aliados europeos de Ucrania, que se reunieron el jueves en Bruselas para una cumbre crucial de defensa de la Unión Europea.
“Los primeros pasos hacia una paz real deben incluir obligar a la única fuente de esta guerra, Rusia, a detener tales ataques contra la vida. Y esto es algo que puede supervisarse eficazmente”, afirmó Zelensky.
Haciéndose eco del plan esbozado por Macron, Zelensky dijo que esperaba que pueda haber “silencio en los cielos, prohibiendo el uso de misiles, drones de largo alcance y bombas aéreas”, así como “silencio en el mar, una garantía real de navegación normal”.
Zelensky reiteró que Ucrania está “dispuesta a seguir el camino de la paz”, un punto en el que ha insistido repetidamente a la administración Trump esta semana, tras la explosiva reprimenda que se llevó de la Oficina Oval, el pasado viernes.
“Es Ucrania la que lucha por la paz desde el primer segundo de esta guerra. La tarea es obligar a Rusia a detener la guerra”, dijo.
Aunque Kyiv ha intentado desde entonces enmendar las relaciones con Washington —y funcionarios estadounidenses y ucranianos van a mantener conversaciones en Arabia Saudita la próxima semana—, la administración Trump ha asestado nuevos golpes a Ucrania esta semana, suspendiendo los envíos militares al país y cortando el intercambio de inteligencia.
Tras semanas de relaciones más amistosas con Rusia, Trump lanzó una sorprendente amenaza a Moscú el viernes, diciendo que “basándose en el hecho de que Rusia está absolutamente ‘vapuleando’ a Ucrania”, está considerando imponer sanciones bancarias y aranceles a gran escala a Rusia hasta que acceda a un alto el fuego y a un acuerdo de paz definitivo.
“Rusia y Ucrania deben sentarse a la mesa ahora mismo, antes de que sea demasiado tarde”, dijo Trump en TruthSocial.
Pero a pesar del tono duro de Trump, la perspectiva de aranceles más altos significará poco para Moscú, dadas las ínfimas cantidades de comercio entre EE.UU. y Rusia. El año pasado, Rusia exportó apenas US$ 3.500 millones en bienes a EE.UU., según la Oficina del Representante Comercial de EE.UU.
La interrupción del suministro de material militar estadounidense puede tener efectos devastadores en las capacidades de Ucrania y dejar a millones de civiles expuestos a los ataques con misiles rusos.
El bombardeo ruso nocturno incluyó 43 misiles de crucero, ocho de ellos Kalibr, así como tres misiles balísticos Iskander y 194 drones, según las fuerzas aéreas ucranianas.
La Fuerza Aérea dijo que había derribado 134 proyectiles, incluidos 25 de los misiles de crucero, los ocho misiles Kalibr, un misil de aeronave guiada y 100 aviones no tripulados, pero no pudo repeler los misiles balísticos, que viajan a una velocidad cinco veces superior a la del sonido.
La única arma del arsenal ucraniano capaz de derribar misiles balísticos es el sistema Patriot, de fabricación estadounidense, que ya escaseaba antes de que Estados Unidos cortara la ayuda militar a Kyiv.
Zelensky declaró que se habían utilizado cazas F-16, así como aviones Mirage proporcionados por Francia, para ayudar a repeler el ataque, y que los Mirage habían interceptado con éxito algunos de los misiles de crucero.
Durante la semana transcurrida desde la desastrosa reunión de Zelensky con Donald Trump, el líder ucraniano se ha acercado más a sus aliados europeos. Liderados por Macron, varios líderes europeos están presionando para lograr un alto el fuego de un mes que podría allanar el camino hacia una paz más duradera.
Mientras tanto, Ucrania está sometida a una fuerte presión en Kursk y pronto podría perder una ruta clave de apoyo logístico a sus fuerzas en la región rusa, según blogueros militares ucranianos y rusos, después de que la llegada de nuevas tropas norcoreanas reforzara las operaciones ofensivas de Rusia dentro de sus propias fronteras.
Ucrania lanzó una incursión de choque en Kursk en agosto, la primera invasión terrestre de Rusia por una potencia extranjera desde la Segunda Guerra Mundial, con la esperanza de poder desviar las fuerzas rusas del este de Ucrania y mejorar su posición de cara a posibles negociaciones de cese del fuego.
Aunque la invasión puede haber frenado la ofensiva rusa en Ucrania, Kyiv ha perdido desde entonces cerca de la mitad del territorio que ocupaba en Kursk, después de que Moscú pidiera refuerzos extranjeros y desplegara unos 12.000 soldados norcoreanos en la región.
Esta semana, blogueros militares de ambos países han advertido que el control de Ucrania sobre el territorio es más tenue que en cualquier otro momento desde que lanzó la incursión, con las fuerzas de Moscú entrando en la región ucraniana de Sumy y amenazando con cortar el paso a las tropas de Kyiv en Kursk.
“La situación en el sector de Kursk es muy difícil: las fuerzas rusas han entrado en la región de Sumy”, escribió el viernes en Telegram Andriy Tsaplienko, un destacado bloguero militar ucraniano.
Tsaplienko advirtió de que “las fuerzas rusas se precipitan hacia la carretera de Sudzha”, una importante ciudad de Kursk, “para cortar la cabeza de puente ucraniana”. Añadió que Rusia “también está intentando llegar a Zhuravka”, un pueblo de la región ucraniana de Sumy situado a unos cientos de metros de la frontera entre Rusia y Ucrania.
En un importante informe del mes pasado, el Instituto para el Estudio de la Guerra, un observatorio de conflictos con sede en Estados Unidos, estimó que Ucrania tiene como máximo 30.000 soldados estacionados en la región, mientras que Rusia ha reunido alrededor de 78.000 soldados, incluidos los norcoreanos.
Un bloguero militar ruso sugirió que los avances de Moscú podrían estar relacionados con la decisión de Estados Unidos esta semana de interrumpir el intercambio de inteligencia con el ejército ucraniano.
“El avance en la región de Kursk… se produjo exactamente dos días después de que los estadounidenses dejaran de emitir designaciones de objetivos para misiles de crucero y misiles del sistema ‘HIMARS’ en el territorio de la región de Kursk”, escribió Yuriy Podolyka en Telegram.
Ante los avances de Rusia, algunos blogueros ucranianos han sugerido que la incursión en Kursk puede haber agotado su valor estratégico.
“Nunca pensé que diría esto. Pero quizá ha llegado el momento de ‘cerrar la tienda’ desde la dirección de Kursk. Es duro para nuestros chicos allí”, dijo Serhii Flesh. “Como desvío de recursos enemigos, creo que esta operación hace tiempo que se justificó. Como carta de negociación política, ahora es cuestionable”.
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