“Ese hijo de p***”: el nuevo libro de Woodward revela conversaciones sin tapujos de Biden, Trump, Harris y Putin
Nota del editor: La siguiente historia contiene lenguaje explícito.
(CNN) — En su nuevo libro, el legendario periodista Bob Woodward ofrece una extraordinaria mirada tras bambalinas de las contundentes y soeces valoraciones e interacciones del presidente Joe Biden con los líderes mundiales que han dado forma a su presidencia, desde Benjamin Netanyahu a Vladimir Putin.
“Ese hijo de p**a, Bibi Netanyahu, es un mal tipo. Es un jodido mal tipo!”, declaró Biden en privado sobre el primer ministro de Israel a uno de sus colaboradores en la primavera de 2024, mientras se intensificaba la guerra de Israel en Gaza, escribe Woodward.
“Ese maldito Putin”, dijo Biden a sus asesores en el Despacho Oval poco después de la invasión rusa de Ucrania, según Woodward. “Putin es el mal. Estamos tratando con el epítome del mal”.
“War” es un relato íntimo y arrollador de uno de los periodos más tumultuosos de la política presidencial y de la historia de Estados Unidos. Crédito: Simon & Schuster
El libro, “War”, también revela nuevos detalles sobre las conversaciones privadas de Donald Trump con Putin y un envío secreto de equipo de pruebas de covid-19 que Trump envió al presidente de Rusia para su uso personal durante el peor momento de la pandemia.
El nuevo libro de Woodward, obtenido por CNN antes de su publicación el 15 de octubre, relata sin rodeos y desde dentro los momentos clave en que Biden y su equipo de seguridad nacional afrontaron las crisis internacionales, desde la desastrosa retirada de Afganistán hasta la confrontación con Putin antes de que invadiera Ucrania, pasando por las batallas privadas con Netanyahu.
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Basado en cientos de horas de entrevistas con los protagonistas de primera mano, “War” está repleto de detalles inéditos de confrontaciones de alto riesgo. El libro explora las guerras políticas y personales que Biden ha librado durante su presidencia, incluidos detalles sobre su decisión de apartarse de la campaña de 2024 y conversaciones sobre los problemas legales de su hijo Hunter Biden.
Entre los nuevos detalles de “War”:
Woodward escribe que el equipo de seguridad nacional de Biden llegó a creer que existía una amenaza real, una probabilidad del 50%, de que Putin utilizara armas nucleares en Ucrania. Biden dijo que “nunca debería haber elegido” al secretario de Justicia Merrick Garland durante una conversación sobre los problemas legales de su hijo. Biden criticó la gestión del expresidente Barack Obama de la invasión de Crimea por Putin en 2014, concluyendo que “Barack nunca se tomó en serio a Putin”. Citando a un asesor de Trump, Woodward señala que se han producido “quizá hasta siete” llamadas entre Trump y Putin desde que Trump abandonó la Casa Blanca en 2021.
El portavoz de Trump, Steven Cheung, dijo en una declaración que Trump no dio a Woodward “absolutamente ningún acceso” para el libro. “Ninguna de estas historias inventadas por Bob Woodward es cierta”, afirmó.
“Sería una locura”
Woodward informa que, en el periodo previo a la invasión por parte de Rusia, Estados Unidos había obtenido un tesoro de inteligencia, que demostró «de forma concluyente» en octubre de 2021 que Putin tenía planes para invadir Ucrania con 175.000 soldados.
“Fue un asombroso golpe de inteligencia de las joyas de la corona de la inteligencia estadounidense, incluida una fuente humana dentro del Kremlin”, afirma Woodward. Las fuentes humanas se encuentran entre las más sensibles del mundo de la inteligencia.
El presidente Joe Biden, a la izquierda, y el presidente de Rusia Vladimir Putin, a la derecha, posan para la prensa antes de la cumbre EE.UU.-Rusia en Villa La Grange, en Ginebra, el 16 de junio de 2021. Crédito: Brendan Smialowski/AFP/Getty Images
“Era como si hubieran entrado secretamente en la tienda del comandante enemigo y estuvieran inclinados sobre los mapas, examinando el número y el movimiento de las brigadas y toda la secuencia planeada en la invasión de múltiples frentes”, escribe Woodward.
Aunque Biden y sus asesores estaban de acuerdo en que el plan iba “muy en serio”, a ellos -y a sus aliados- les seguía costando creerlo.
“Esto es lo que planea hacer Putin”, dijo Bill Burns, el director de la CIA, a Biden, según Woodward.
“Sería una locura”, respondió Biden.
“¡Dios!”, dijo Biden. “¿Ahora tengo que lidiar con que Rusia se trague a Ucrania?”.
Biden confrontó a Putin con la inteligencia dos veces en diciembre de 2021, primero en una videoconferencia y luego en lo que Woodward describe como una “acalorada llamada de 50 minutos” que llegó a ser tan intensa que en un momento dado ese Putin “planteó el riesgo de una guerra nuclear de forma amenazadora”.
Biden respondió recordándole a Putin que “es imposible ganar” una guerra nuclear.
A pesar de las repetidas advertencias, el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, descartó la idea de que Putin fuera a invadir realmente el país, incluso después de que la vicepresidenta Kamala Harris le dijera, durante una reunión celebrada en febrero de 2022 en la Conferencia de Seguridad de Múnich, que la invasión era inminente.
Harris le dijo a Zelensky que tenía que “empezar a pensar en cosas como tener un plan de sucesión para dirigir el país si te capturan o te matan o no puedes gobernar”. Tras la reunión, escribe Woodward, Harris dijo que le preocupaba que pudiera ser la última vez que lo vieran.
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“El momento más espeluznante de toda la guerra”
Una de las escenas más impactantes de “War” revela hasta qué punto Biden y su equipo de seguridad nacional se alarmaron ante la perspectiva de que Putin utilizara armas nucleares.
En septiembre de 2022, informes de inteligencia estadounidenses considerados “exquisitos” revelaron una “evaluación profundamente desconcertante” de Putin: que estaba tan desesperado por las pérdidas en el campo de batalla que podría utilizar armas nucleares tácticas en Ucrania.
Basándose en los nuevos y alarmantes informes de inteligencia, la Casa Blanca creía que había un 50% de posibilidades de que Rusia utilizara un arma nuclear táctica, una valoración sorprendente que se había disparado desde el 5% y luego el 10%, informa Woodward.
El presidente Joe Biden, a la derecha, y el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, caminan por la Columnata mientras se dirigen al Despacho Oval de la Casa Blanca el 21 de diciembre de 2022, en Washington. Crédito: Alex Wong/Getty Images
“En todos los canales, comunícate con los rusos”, ordenó Biden a su asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan. “Diles lo que haremos en respuesta”, dijo, según Woodward.
El libro relata una tensa llamada telefónica entre el secretario de Defensa, Lloyd Austin, y su homólogo ruso en octubre de 2022.
“Si hicieras esto, se reconsiderarían todas las restricciones con las que hemos estado operando en Ucrania”, dijo Austin al ministro de Defensa Sergei Shoigu, según Woodward. “Esto aislaría a Rusia en la escena mundial hasta un punto que los rusos no pueden apreciar plenamente”.
“No me agrada que me amenacen”, respondió Shoigu.
“Señor ministro”, dijo Austin, según Woodward, “soy el líder del ejército más poderoso de la historia del mundo. Yo no hago amenazas”.
Dos días después, los rusos solicitaron otra llamada. Esta vez, el ministro de Defensa de Rusia afirmó dramáticamente que los ucranianos planeaban utilizar una «bomba sucia», una historia falsa que Estados Unidos creía que el Kremlin estaba impulsando como pretexto para desplegar un arma nuclear.
“No te creemos”, respondió Austin con firmeza, según Woodward. “No vemos indicios de ello, y el mundo lo entenderá enseguida”.
“No lo hagas”, dijo a Shoigu.
“Entiendo”, respondió Shoigu.
“Probablemente fue el momento más espeluznante de toda la guerra”, dijo más tarde Colin Kahl, un alto funcionario del Pentágono, sobre el episodio.
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Lo que Trump envió en secreto a Putin
El libro también contiene nuevos detalles sobre la relación de Trump con el presidente de Rusia. En 2020, escribe Woodward, Trump había “enviado en secreto a Putin un montón de máquinas de análisis de covid de Abbott Point of Care para su uso personal”.
Durante el punto más grave de la pandemia, Rusia y Estados Unidos intercambiaron equipos médicos, como respiradores. Pero Putin, que se aisló infamemente por miedo al covid, dijo a Trump en una llamada telefónica que mantuviera en secreto la entrega de las máquinas de Abbott, informa Woodward.
“Por favor, no le digas a nadie que me las has enviado”, dijo Putin a Trump, según Woodward. “No me importa”, respondió Trump. “De acuerdo”.
El presidente Donald Trump (izquierda) y el presidente de Rusia, Vladimir Putin, llegan a una reunión en Helsinki el 16 de julio de 2018. Crédito: Brendan Smialowski/AFP/Getty Images
“No, no”, dijo Putin. “No quiero que se lo digas a nadie porque la gente se enfadará contigo, no conmigo. Yo no les importo”.
Woodward escribe que Trump ha seguido en contacto con Putin después de dejar el cargo.
En una escena, Woodward relata un momento en Mar-a-Lago en el que Trump le dice a un alto asesor que salga de la habitación para “poder tener lo que dijo que era una llamada telefónica privada con el presidente de Rusia, Vladimir Putin”.
“Según el asesor de Trump, ha habido múltiples llamadas telefónicas entre Trump y Putin, quizá hasta siete en el periodo transcurrido desde que Trump abandonó la Casa Blanca en 2021”, escribe Woodward.
Woodward preguntó a Jason Miller, asesor de Trump, si éste y Putin habían hablado desde que abandonó la Casa Blanca. “Um, ah, no que, ah, no que yo sepa”, dijo Miller a Woodward.
“No he oído que estén hablando, así que rebatiría esa afirmación”, añadió Miller.
Woodward escribió que la directora de Inteligencia Nacional de Biden, Avril Haines, “se mostró cautelosa” cuando se le preguntó si se habían producido llamadas entre Trump y Putin después de la presidencia.
“No pretendería estar consciente de todos los contactos con Putin. No pretendo hablar de lo que el presidente Trump haya podido hacer o no”, dijo Haines, según Woodward.
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“Trump es cada vez más errático”
Woodward también escribió sobre la decisión de Trump de presentarse de nuevo a la presidencia, incluyendo una serie de conversaciones con su aliado y compañero de golf, el senador Lindsey Graham.
“Ir a Mar-a-Lago es un poco como ir a Corea del Norte”, dijo Graham. “Todo el mundo se levanta y aplaude cada vez que entra Trump”.
Se cita al republicano de Carolina del Sur diciendo que Biden “ganó limpiamente”, pero que a Trump “no le gusta oír eso”. Woodward describe a continuación los intentos de Graham de dar a Trump consejos de campaña para 2024.
“Tienes un problema con las mujeres moderadas”, dijo Graham a Trump tras las elecciones intermedias. “La gente que cree que la Tierra es plana y que no fuimos a la Luna, la tienes. Olvídate de eso”.
Graham instó repetidamente a Trump a pasar página en las elecciones de 2020, diciéndole que si es reelegido, “entonces el 6 de enero no será tu obituario”.
“¡Hoy di un discurso y sólo mencioné las elecciones de 2020 dos veces!”, le dijo Trump a Graham unos días después, “como si hubiera mostrado la máxima moderación”, escribe Woodward.
Mientras Trump enmarcaba su campaña presidencial en torno al miedo, Woodward escribió que Graham dijo del expresidente: “Trump es cada vez más errático. Estos casos judiciales. Creo que pondrían nervioso a cualquiera”.
“Bibi, no tienes estrategia”
Tras el ataque a Israel del 7 de octubre de 2023, Woodward describe la relación de vaivén entre Biden y Netanyahu. Aunque Biden apoyaba a Israel públicamente, se peleaba con Netanyahu tras bambalinas por la forma en que Israel estaba librando la guerra en Gaza.
“¿Cuál es tu estrategia, hombre?”, preguntó Biden a Netanyahu durante una llamada telefónica en abril, según informa Woodward. “Tenemos que entrar en Rafah”, respondió Netanyahu. “Bibi, no tienes estrategia”, respondió Biden.
Ese mismo mes, Israel lanzó un ataque en Siria que mató a un alto general del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Iraní, lo que motivó que Irán lanzara más de 100 misiles balísticos en respuesta, la primera vez que Irán disparaba misiles desde su territorio directamente contra Israel.
Estados Unidos, junto con Arabia Saudita, Jordania y otros aliados estadounidenses, salieron en defensa de Israel. Aunque casi todos los misiles iraníes fueron interceptados, Netanyahu quiso tomar represalias.
Biden dijo a Netanyahu en una llamada telefónica que “aceptara la victoria”, aunque el primer ministro de Israel se opuso. “No necesitas hacer otro movimiento. No hagas nada”, dijo Biden.
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Al final, Israel lanzó un ataque limitado y calibrado contra Irán, que Biden consideró una victoria.
“Sé que va a hacer algo, pero la forma de limitarlo es decirle que no haga nada”, dijo Biden a sus asesores, según Woodward. Pero la frustración de Biden con Netanyahu se desbordó a medida que la guerra seguía intensificándose.
“Es un maldito mentiroso”, dijo Biden en privado sobre Netanyahu, después de que Israel entrara en Rafah, escribe Woodward. “Bibi, ¿qué mi***a?”, gritó Biden a Netanyahu en julio, después de que un ataque aéreo israelí matara a un alto mando militar de Hezbollah y a tres civiles en Beirut, según Woodward.
“Sabes que la percepción de Israel en todo el mundo es cada vez más que eres un Estado canalla, un actor deshonesto”, dijo Biden a Netanyahu.
Netanyahu respondió que el objetivo era “uno de los principales terroristas”.
“Vimos una oportunidad y la aprovechamos”, dijo Netanyahu. “Cuanto más fuerte golpees, más éxito tendrás en la negociación”.
“Oye, hay que llamar a Trump”
El libro de Woodward contiene también detalles notables sobre el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, que había estado discutiendo la posibilidad de normalizar las relaciones con Israel antes del atentado del 7 de octubre.
Tras el atentado, el secretario de Estado Anthony Blinken realizó un viaje relámpago por el Medio Oriente, tratando de negociar ayuda humanitaria para Gaza. Cuando Blinken llegó a Arabia Saudita para reunirse con Bin Salman, estaba agotado.
Pero el príncipe heredero, un noctámbulo, mantuvo a Blinken y a su equipo despiertos toda la noche antes de reunirse finalmente. Woodward cita a Blinken diciendo: “MBS no fue más que un niño mimado”.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken (izquierda), se reúne con el príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salman, en al-Ula, en el noroeste de Arabia Saudita, el 8 de enero. Crédito: Evelyn Hockstein/Pool/AFP/Getty Images
En una conversación posterior, Blinken preguntó al príncipe heredero saudí sobre su exigencia de un camino hacia un Estado palestino antes de que Arabia Saudita normalizara sus relaciones con Israel.
“¿Lo quiero?”, dijo MBS y se dio un golpecito en el corazón, escribe Woodard. “No importa tanto. ¿Lo necesito? Absolutamente”.
Woodward también relata una reunión que Graham, el senador de Carolina del Sur, mantuvo con el príncipe heredero en marzo.
“Oye, llamemos a Trump”, dijo Graham a Bin Salman durante su visita al líder saudí en marzo.
Lo que ocurrió a continuación ofrece una fascinante ventana a la forma en que el líder saudí opera y se comunica con diversos líderes mundiales y funcionarios del gobierno. Woodward escribió que Bin Salman hizo que un ayudante le trajera una bolsa con unos 50 teléfonos desechables y sacó uno con la etiqueta “TRUMP 45”.
Entre los otros que había en la bolsa, escribe Woodward, había un teléfono con la etiqueta “JAKE SULLIVAN”.
“Nunca debería haber elegido a Garland”
El libro también documenta las luchas personales y políticas de Biden, incluyendo cómo llama Biden a Trump en privado, una sorprendente llamada telefónica del expresidente George W. Bush, la frustración de Biden con Obama y su arrepentimiento por haber elegido al secretario de Justicia, Merrick Garland.
Aunque Biden rara vez invoca el nombre de Trump en público, refiriéndose a él como “mi predecesor” o “el tipo anterior”, en privado, Biden le llama “ese j****o imbécil”, escribe Woodward.
Tras la desastrosa retirada estadounidense de Afganistán, Biden recibió una llamada de compasión de otro miembro del club del presidente.
“Vaya, entiendo por lo que estás pasando”, le dijo Bush a Biden. “A mí también me jodió mi gente de inteligencia”, escribe Woodward.
Antes de la invasión rusa de Ucrania, Biden se quejó de que Obama no hizo lo suficiente para detener a Putin en 2014, cuando el líder ruso invadió Crimea.
“La cagaron en 2014”, dijo Biden a un amigo, según Woodward. “Por eso estamos aquí. La cagamos. Barack nunca se tomó en serio a Putin”.
Biden añadió: “No hicimos nada. Le dimos a Putin licencia para continuar”. Biden estaba furioso: “¡Pues yo le revoco la p**a licencia!”.
Biden se ha mantenido al margen del Departamento de Justicia. Pero en privado, Woodward revela el enfado del presidente por el procesamiento de su hijo, especialmente hacia su secretario de Justicia.
“Nunca debería haber elegido a Garland”, dijo una vez Biden a un socio, informa Woodward. “Esto no va a desaparecer nunca, joder”, se quejó Biden.
Woodward también describe una escena entre padre e hijo en la Casa Blanca en la primavera de 2022. El presidente estaba cenando con un amigo, cuando entró Hunter Biden, se sentó y empezó a hablar de por qué él era la persona que más tenía que perder de las elecciones intermedias.
“Hunter divagó sobre su crisis personal”, escribe Woodward. “El presidente Biden se reclinó en su silla, cerró los ojos y suspiró”.
En el verano boreal de 2024, las dudas sobre la capacidad de Biden para seguir en la contienda consumían la Casa Blanca y el Partido Demócrata tras su desastrosa actuación en el debate. Durante las semanas siguientes, Biden se atrincheró e insistió en que no abandonaría.
Woodward escribe que Blinken, conocido por su lealtad y su estrecha relación con Biden, abordó la delicada cuestión durante un almuerzo privado el 4 de julio.
“No quiero que se ponga en peligro tu legado. Cualquier persona sobre la que se escribe recibe una frase. Ese es el legado”, dijo Blinken. “Si esta decisión te lleva a permanecer y ganar la reelección, estupendo. Si te lleva a permanecer y perder la reelección, ésa es la frase”.
Blinken preguntó entonces a Biden: “¿Te ves haciéndolo otros cuatro años? Tienes que responder a esa pregunta”.
Biden, Harris y saber decir “hijo de p***”
Cuando Biden abandonó la campaña el 21 de julio, apoyó inmediatamente a Harris, lo que le permitió consolidar el apoyo demócrata y evitar las turbias luchas internas del partido.
También recordó lo que suponía no recibir el apoyo del presidente.
“Creo que probablemente se remonta a la forma en que Biden sintió que no obtuvo el respaldo del presidente Obama en 2016”, dijo Blinken, según Woodward. “Se sintió decepcionado. Sintió que, como su vicepresidente, ése era el orden normal y natural”.
La vicepresidenta Kamala Harris, a la derecha, y el presidente Joe Biden se saludan al final del primer día de la Convención Nacional Demócrata en el United Center el 19 de agosto en Chicago. Crédito: Kevin Dietsch/Getty Images
“War” ofrece una visión de los tratos privados de Harris con Biden como su vicepresidenta. Woodward escribe que, en un momento dado, ella estaba preocupada por el aislamiento de Biden y llamó a uno de sus colaboradores más cercanos.
“Te llamo para pedirte, para rogarte de verdad, en realidad, que, por favor, ¿podrías hablar con el presidente más de lo que hablas con él?”, dijo Harris al amigo de Biden. “Tu presidente te quiere de verdad. Deberías hablar con él más a menudo de lo que lo haces”.
Woodward escribe: “El socio de Biden fue sincero con la vicepresidenta. Mira, una de las principales razones por las que Biden me llama, dijo el socio, es que le proporciono un nivel de comodidad hasta el punto de que puede decir palabrotas libremente sobre ‘lo p**o imbécil que es Joe Manchin'”.
La vicepresidenta se rió. “Ésa podría ser la única razón por la que sigue sintiéndose cómodo conmigo hasta cierto punto”, dijo Harris, según Woodward, “porque sabe que soy la única persona que sabe pronunciar correctamente hijo de p**a”.
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