Acapulco, entre la devastación y la esperanza un año después del huracán Otis
(CNN) — Se cumple un año desde que el poderoso huracán Otis de categoría 5 azotó la costa de Acapulco, en el estado de Guerrero, en lo que supo ser uno de los destinos turísticos más importantes de México y del mundo.
El tiempo ha pasado, pero no del todo la devastación que dejó esa noche traumática que marcó la vida cientos de miles de guerrerenses.
Durante la madrugada del 25 de octubre de 2023, Otis tocó tierra con vientos sostenidos de 265 kilómetros por hora. El ciclón pasó de tormenta tropical a huracán de categoría 5 en apenas 21 horas, cobrando la vida de al menos 52 personas mientras otras 32 siguen desaparecidas, según los datos que entregó en diciembre de 2023 el Gobierno de México.
Una vista aérea de los daños causados por el paso del huracán Otis en Puerto Marqués, estado de Guerrero, México, el 28 de octubre de 2023. (Rodrigo Oropeza/AFP/Getty Images)
Casi un año después, cuando los signos de recuperación apenas se hacían visibles, llegó John, un ciclón tropical que cobró fuerza en el Pacífico mexicano hasta convertirse en un huracán de categoría 3, que golpeó las costas de Guerrero y Oaxaca con vientos sostenidos de 195 kilómetros por hora.
John perdió fuerza y se degradó a tormenta tropical, pero, dos días después, recobró fuerza y golpeó las costas nuevamente como huracán de categoría 1, dejando a su paso al menos 20 muertos, inundaciones y más devastación en Guerrero.
Michel Rosengaus, excoordinador del Servicio Meteorológico de México, le dijo a CNN que es probable que el cambio climático esté favoreciendo las condiciones que hacen más frecuentes la intensificación de estos fenómenos.
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“Estas intensificaciones pueden estarse convirtiendo en un fenómeno más frecuente. Lo que los indicios nos muestran es que posiblemente tengamos que adaptarnos a tomar decisiones con base en hipótesis de que podrían darse estas intensificaciones”, dijo Rosengaus.
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Empresarios señalan falta de apoyo del Gobierno
El tiempo no ha sido suficiente para que los residentes de Guerrero se recuperen por completo del impacto de Otis, que devastó gran parte de la infraestructura de Acapulco en unas cuantas horas, con daños estimados entre US$ 15.000 y US$ 16.000 millones, de acuerdo con estimaciones de cámaras empresariales compartidas con CNN.
Estos montos, que equivalen a entre 262.500 y 280.000 millones de pesos mexicanos, incluyen las afectaciones los daños que dejó Otis en el 80% de las unidades económicas del sector turístico, comercial y de servicios, en hogares e infraestructura eléctrica, vial y de telecomunicaciones, según el Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
“Cuando yo voy entrando por Diamante… devastador. No había forma de caminar. Árboles, palmeras, basura por todas partes”, recordó Esmeralda Pacheco, propietaria del hotel Casa Yalma Kaan, ubicado en Barra Vieja.
Pacheco manifestó que es difícil explicar lo que se vivió en ese momento. Lo que sí pudo explicar fueron las pérdidas materiales que sufrió su negocio y su crítica abierta a la ayuda del Gobierno nacional: “Yo siento que se equivocaron, porque nos trataron a todos igual. A la gente le dieron 60.000 pesos y a nosotros lo máximo que nos dieron fue 100.000 pesos. ¿Cómo es posible?”.
Los automóviles quedaron parcialmente bajo el agua después del huracán Otis en la “Zona Diamante” en Acapulco, Guerrero, el 27 de octubre de 2023. (RODRIGO OROPEZA/AFP via Getty Images)
Pacheco señaló que ese monto le resultó insuficiente para realizar las reparaciones en el hotel, y agrega que con los apoyos mensuales que el Gobierno le entrega a la gente, le cuesta conseguir personas que quieran trabajar”.
Andrés Manuel López Obrador, presidente de México al momento del impacto del huracán, afirmó que no había límite en la inversión para ayudar a la población y a los empresarios. El Gobierno dijo en junio de este año que otorgó 12.408 “Créditos a la Palabra” a hoteles, restaurantes, prestadores de servicios turísticos, locales en mercados, tortillerías y pequeños y medianos comercios.
Sin embargo, algunos de los grandes hoteles y restaurantes de la costa que sufrieron pérdidas millonarias le dijeron a CNN en agosto que no habían recibido apoyos económicos. Uno de estos casos es el del emblemático Hotel Presidente, cuyo director, Roberto Vázquez, dijo que a un año de la tragedia no han podido llegar al 50% de recuperación: “Esperábamos tener por lo menos el 50%. Esa era la ilusión. Tener un elevador, porque con un elevador puedo producir. Tú vienes de vacaciones y no vas a subir seis pisos, esa es nuestra realidad”.
Algunos prestadores de servicios del área de entretenimiento también le dijeron a CNN no haber recibido apoyo del Gobierno.
CNN solicitó comentarios a la Secretaría del Bienestar sobre los dichos de estos empresarios que aseguraron no haber recibido apoyos, y aún espera respuesta. En junio, el Gobierno de México dijo que invirtió US$ 1.700 millones para reactivar el turismo.
“Tristeza, impotencia y rabia de que un destino tan maravilloso, que es la cuna de la hotelería a nivel nacional, lo tengan así abandonado y tirado. Esa es la única verdad”, lamentó Vázquez.
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Oportunidad en medio de la crisis
“Puede ser que para muchos sea un desecho, pero sí tiene reparación”, dijo Alberto Lara, un abogado de profesión que decidió, desde hace décadas, dedicarse a la reparación de embarcaciones en Acapulco para seguir el legado de su padre.
Lara perdió varias de sus embarcaciones durante el paso de Otis y ahora se encarga de reparar los yates y barcos que el huracán dejó en Plaza Manzanilla, que antes era un astillero. El ayuntamiento le dio permiso para reparar todas las embarcaciones de esa playa por un plazo de hasta seis meses: “Para muchos es su único patrimonio, su única fuente de ingresos y, lamentablemente, los materiales de fibra de vidrio son muy caros”.
Lara dijo que nunca pensó que Otis sería un huracán de categoría 5 y que, cuando recibieron el aviso, muchos dueños de barcos se fueron a sus embarcaciones. “Yo tenía dos yates y se acostumbra que los capitanes de los barcos en tiempo de lluvias fuertes o huracanes se suban a los barcos, porque empieza a entrar el viento, y ellos encienden los motores porque ayudan al barco a sostenerse”.
Decenas de embarcaciones esperan a ser reparadas por Lara, quien teme que seis meses no sean suficientes para completar el trabajo: “Cuanto antes comiencen a trabajar, ya los dueños de los barcos pueden seguir teniendo ingresos”.
La calma regresó tras la tragedia al hogar de Agustina y Rosa, ubicado en una de las intrincadas colonias que cubren los cerros que rodean al afamado puerto.
“El gobierno nos regaló esto, no tuvimos que pagar nada”, dijo Rosa a CNN, mostrando su casa ahora equipada con estufa, licuadora, colchón, ventilador, techo reforzado y baño. Cuenta que recibió mucho apoyo y que su casa está más equipada y reforzada para futuros desastres naturales. CNN se comunicó con ella tras el paso del huracán John, y manifestó que tanto su familia como su hogar se encontraban bien.
Sin embargo, el trauma que dejó Otis en esta familia, difícilmente se irá pronto. “Ahora que empieza a llover corre aire y ya está. Me asusto porque quién sabe qué vaya a pasar. Ahora no ha llovido tanto pero sí me da miedo todavía”, dijo Rosa.
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“Necesitamos el turismo”
Un año después de Otis, el turismo aún no regresa, llevando consecuencias graves para la economía y la población.
“Nunca se pierde el miedo, se aprende a trabajar con él de diferentes maneras”, dijo Alejandro Balanzar, un clavadista de la Quebrada desde hace 14 años que dice haber pasado por muchos retos, pero ninguno como el de Otis: “Lamentablemente Otis llegó con toda la fuerza. Primero fue todo el estrés. Toda la ansiedad que se vivió. Recibimos muchos apoyos por parte de la gente que estuvo haciendo donaciones, también apoyo por parte de los sistemas de gobierno”.
Los clavados de La Quebrada son una de las atracciones más icónicas de Acapulco. Su nacimiento va de la mano con la actividad turística, que se vio mermada tras el paso de Otis. Sin turistas no hay espectáculo. Algo grave para muchas familias que viven de estos clavados, que desde 2022 son considerados patrimonio cultural del estado de Guerrero.
“Tal vez no perdamos lo del espectáculo, pero necesitamos público, somos 100% turísticos. Necesitamos el turismo”, dijo Balanzar.
La tarea, según activistas y expertos consultados, es de todos. “Acapulco tiene esperanza, sí, Acapulco puede y se recuperará de este tema. Pero, en efecto, necesitamos de la quiescencia de casi todos los actores”, dijo el activista David Aguilar a CNN.
Rosa, damnificada por el huracán, dice que aún sobrevive con la ayuda que le entregó el Gobierno. Contó que solía hacer trenzas a los turistas en la costa, y que en un buen día de trabajo generaba hasta el equivalente a US$ 100.
“En Semana Santa hice US$ 10 o, a veces, nada. El turismo… más que nada, que vengan, que no dejen de venir, aquí todos vivimos del turismo”, pidió Ana.
Esmeralda Pacheco dice que Acapulco necesita más oferta para atraer al turismo, algo complicado por lo que, según ella, es una falta de apoyo para los empresarios: “La gente ama Acapulco y sigue viniendo, pero va a llegar un momento en el que ya no van a venir, porque no hay oferta. La isla está muerta”.
Sin embargo, Pacheco decidió seguir apostando a Acapulco: “Acapulco tiene algo que la gente vuelve. O sea, la gente vuelve y te pregunta cómo estás, y le hemos echado muchas ganas a las redes sociales para que vean que sí estamos de pie”.
Acapulco fue el balneario más importante de México durante buena parte del siglo XX. Un destino obligado para las estrellas de Hollywood, así como también las discotecas exclusivas, las inversiones; las mansiones de famosos y, por supuesto, los mexicanos.
“Acapulco nos ha regalado a todo el país y a una buena parte del mundo experiencias espectaculares”, dijo el activista David Aguilar. “Entonces, también parte de un poquito del trabajo que tenemos todos, es momento de regresar a Acapulco y decirle ‘Acapulco te quiero’”.
Mario González, Gabriela Frías, Adrián Ledezma, Aaron García y Daniela Patiño contribuyeron a esta publicación
Este reportaje fue realizado como parte de un especial de CNN Español y Warner Bros. Discovery
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