La gripe aviar se propaga y el Gobierno de Trump relega a segundo plano a oficina clave para la preparación ante una pandemia
El Gobierno de Trump no ha dotado de personal a una oficina establecida por el Congreso para preparar a la nación para futuras pandemias, según tres fuentes familiarizadas con la situación.
La Oficina de Política de Preparación y Respuesta ante Pandemias de la Casa Blanca fue creada por el Congreso en 2022 en respuesta a los errores que llevaron a una respuesta ineficiente a la pandemia del covid-19.
La oficina, OPPR por sus siglas en inglés, llegó a tener una plantilla de unas 20 personas y estuvo orquestando la respuesta del país a la gripe aviar y otras amenazas hasta el 20 de enero, incluyendo la celebración de reuniones periódicas entre agencias para compartir planes.
“Lo hacíamos muy tras bambalinas”, dijo el Dr. Paul Friedrichs, médico y general de división retirado de las Fuerzas Aéreas que fue director de la OPPR durante el gobierno de Biden.
A partir de esta semana, solo quedará un miembro del personal, y no está claro de quién depende, según una fuente que habló bajo condición de anonimato por no estar autorizada a compartir la información. Las páginas de la OPPR también fueron eliminadas del sitio web de la Casa Blanca.
La nueva administración no ha detenido por completo la respuesta del país a la gripe aviar, pero los recientes anuncios de la agencia y las entrevistas con fuentes gubernamentales muestran que su enfoque ha cambiado. Por ejemplo, uno de los principales objetivos de la respuesta es ahora reducir los precios de los huevos, en lugar de hacer frente a la propagación del virus o prepararse para el peor de los casos, en el que el virus muta y se propaga fácilmente de persona a persona.
La OPPR existe “solo de nombre”, dijo una fuente familiarizada con la situación de la oficina que trabajó dentro de la Casa Blanca durante la última administración. “Cayó en el abismo”.
El presidente Donald Trump disolvió una unidad de pandemias similar en la Casa Blanca en 2018 y fue duramente criticado por la medida cuando el covid-19 golpeó Estados Unidos.
A pesar de ello, en una entrevista con la revista Time cuando estaba en campaña en abril, Trump dijo que pensaba disolver la OPPR si era elegido porque era costosa y potencialmente derrochadora cuando las pandemias son difíciles de predecir.
En realidad, dijo Friedrichs, la OPPR funcionaba con muy pocos recursos. La oficina se creó sin presupuesto. “Ese fue uno de los verdaderos retos”, dijo Friedrichs, que fue el director inaugural de la oficina.
Con el tiempo, el Congreso pudo añadir dinero al presupuesto de la Oficina Ejecutiva del Presidente, pero no se destinó específicamente a la OPPR. Friedrichs dijo que calcularon que si la oficina realizaba todas las funciones que se le habían asignado, costaría unos US$ 6,8 millones. Sin embargo, el Congreso nunca asignó ese dinero, porque el gobierno ha estado funcionando bajo una serie de medidas provisionales temporales llamadas resoluciones continuas desde que se creó la oficina en 2022.
El personal de la OPPR procedía de otras organizaciones, que acordaron seguir pagando su salario mientras trabajaban para la OPPR. Según Friedrichs, casi todos han salido a otras oportunidades.
El 20 de enero, el primer día de su segundo mandato, Trump emitió un decreto que establecía la estructura de su Consejo de Seguridad Nacional, nombrando al director de la Oficina de Política de Preparación y Respuesta ante Pandemias como miembro del consejo.
Durante las primeras semanas de la administración, la Casa Blanca contrató discretamente al Dr. Gerald Parker, un veterinario con un largo historial de servicio gubernamental y experiencia en enfermedades zoonóticas, o infecciones que pueden transmitirse de los animales a las personas. Su nombramiento nunca se anunció oficialmente, pero los medios de comunicación se hicieron eco de él. Los expertos en enfermedades infecciosas elogiaron su incorporación a la administración.
El cargo de Parker es el de director principal de Bioseguridad y Respuesta Pandémica. Forma parte del Consejo de Seguridad Nacional y ha asistido a reuniones sobre la gripe aviar, según una fuente.
La oficina de prensa de la Casa Blanca no respondió a la petición de entrevistar a Parker y no contestó a las preguntas sobre el cargo o el título de Parker, o si su oficina tiene presupuesto o personal.
Friedrichs dijo que no ha podido reunirse con Parker desde que fue nombrado y que nunca tuvo la oportunidad de traspasarle el trabajo de la OPPR.
Durante el año que la OPPR trabajó intensamente en la gripe aviar y otras amenazas, Friedrichs dijo que crearon la infraestructura para la oficina y elaboraron planes detallados sobre cómo EE.UU. podría trabajar a través de las agencias para responder rápidamente a un brote, llamado Manual de respuesta a incidentes biológicos.
Friedrichs dijo que trabajaron con muchas agencias gubernamentales para reunir las mejores prácticas y lecciones aprendidas de respuestas a incidentes anteriores.
“Esperemos que eso permita a las futuras administraciones disponer de todo eso por primera vez”, dijo.
Los planes de la OPPR contra la gripe aviar H5N1 se habían centrado en la vigilancia de la infección y en salvaguardar la salud humana y animal, pero el Gobierno de Trump parece dispuesto a adoptar un enfoque diferente.
“Ahora, hay consideraciones de política económica en la mezcla que no estaba allí antes”, dijo una fuente.
A finales de febrero, la secretaria del Departamento de Agricultura de EE.UU., Brooke Rollins, anunció que la agencia destinaría US$ 1.000 millones en una nueva estrategia para combatir la gripe aviar y “ofrecer huevos asequibles”.
Dado que la OPPR fue creada por ley, Trump no puede eliminarla por completo.
“Ese ha sido uno de los grandes problemas con tantos de sus decretos, que está tratando de deshacer lo que el Congreso ha hecho”, dijo Lawrence Gostin, distinguido profesor de Derecho Sanitario Mundial en la Universidad de Georgetown. “Si el Congreso creó una agencia, él no puede desmantelarla ni transformarla en otra”.
Pero al no dotar de personal o financiación a la oficina, Trump puede disminuir en gran medida su función y su influencia, dijeron los expertos.
El Consejo de Seguridad Nacional (NSC, por sus siglas en inglés) cuenta desde hace tiempo con un cargo dedicado a la preparación ante pandemias y amenazas biológicas.
El Dr. Raj Panjabi era director sénior de seguridad sanitaria global y biodefensa en el NSC antes de que se creara la OPPR. Después de que la OPPR empezara a tomar forma, se le encargó la bioseguridad global en el NSC, mientras que la OPPR se centraba en las amenazas nacionales. Dijo que las dos oficinas colaboraron estrechamente durante la administración Biden.
Panjabi afirmó que la preparación ante una pandemia tiene algunas ventajas en el seno del NSC. Una de ellas es que el NSC cuenta con un sólido proceso de elaboración de políticas, lo que facilita la consecución de los objetivos. Otra es que los miembros del NSC tienen acceso a un sistema informático diferente, que a veces es necesario para navegar por las complejidades del gobierno.
“Ahora que es una sola persona, en una sola oficina, creo que eso es bueno”, dijo Panjabi, médico asociado de la división de equidad sanitaria global del Brigham and Woman’s Hospital y de la Harvard Medical School.
La senadora Patty Murray, demócrata de Washington, fue coautora del proyecto de ley que creó la OPPR junto con el exsenador Richard Burr, republicano de Carolina del Norte. Según Murray, la Oficina debía rendir cuentas al Congreso.
“Bajo el Gobierno anterior, la OPPR sirvió, como estaba previsto, como eje central para coordinar la respuesta de todo el Gobierno a las amenazas pandémicas”, afirmó en una declaración escrita a CNN. Ella se reunió regularmente con el director de la OPPR, Friedrichs, para discutir la respuesta de la administración a la gripe aviar y otros brotes.
“Si bien el presidente Trump no puede disolver legalmente la OPPR, como ha amenazado con hacer, es profundamente preocupante que haya trasladado la OPPR creada por ley al NSC”.
“Según lo previsto por la ley, la OPPR es una oficina separada y distinta por una razón, que es especialmente relevante ahora que estamos viendo brotes de sarampión, gripe aviar y otras amenazas graves y crecientes para la salud pública”, dijo Murray. “Esto debería ser alarmante para todos”.
Cuando era una oficina independiente en la Casa Blanca, las actividades de la OPPR eran más transparentes. La oficina estaba sujeta a solicitudes de registros abiertos en virtud de la Ley Federal de Registros, pero los registros del Consejo de Seguridad Nacional están cubiertos por la Ley de Registros Presidenciales, que los protege de la divulgación.
Friedrichs organizó llamadas interinstitucionales periódicas entre los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU., el USDA, la Administración para la Preparación y Respuesta Estratégica, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. y los Institutos Nacionales de Salud. También asistía alguien de la oficina del secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos.
Estas reuniones se celebraron diariamente justo después de que se detectara por primera vez la gripe aviar en el ganado lechero, en marzo de 2024. Pasaron a celebrarse tres veces por semana y, finalmente, semanalmente al final del Gobierno de Biden.
“Al fin y al cabo, reunir a todo el mundo y celebrar esas reuniones era increíblemente importante, para que tuviéramos un conjunto de hechos compartidos”, dijo Friedrichs. “Cuando se tomaban decisiones, todo el mundo entendía por qué se tomaba la decisión, qué hechos se utilizaban para fundamentar la decisión”.
Se siguen celebrando reuniones interinstitucionales unas dos veces al mes, según una fuente. No está claro quién asiste y qué agencias se unen a las convocatorias.
El HHS también estaba organizando sesiones informativas periódicas sobre los desarrollos relacionados con el brote, pero no ha habido una sesión informativa sobre la gripe aviar desde que Trump asumió el cargo.
Friedrichs dijo que además de poner en marcha la oficina y desarrollar un manual para gestionar las amenazas biológicas, la oficina gastó US$ 2.800 millones para financiar un programa de compensación para los productores de leche y desarrollar un programa de análisis de leche para detectar nuevos brotes, entre otros esfuerzos.
Según los CDC, el riesgo que la gripe aviar supone para el público en general es bajo, pero uno de los principales objetivos de la OPPR ha sido preparar a la nación para responder en caso de que el virus cambie o mute lo suficiente como para propagarse eficazmente entre las personas.
Habían reunido a expertos en la materia con los conocimientos necesarios para poner en marcha rápidamente una respuesta si el virus adquiría nuevas capacidades, incluidas personas con conocimientos sobre cadenas de suministro, mensajes de salud pública, desarrollo y distribución de vacunas. Ahora todo eso ha desaparecido, dijo un experto.
La OPPR también se coordinó con el Departamento de Asuntos de Veteranos de EE.UU., la Agencia Federal de Gestión de Emergencias y socios de la industria para mantener la terapéutica en la Reserva Estratégica Nacional.
Uno de esos esfuerzos fue contratar a Moderna para fabricar una vacuna contra el H5N1, en caso de que fuera necesaria. Moderna ya completó los primeros estudios de su vacuna, denominada mRNA-1018, y declaró que tiene previsto presentar sus resultados en una próxima reunión médica.
En febrero, Bloomberg News informó que las autoridades sanitarias estadounidenses están reevaluando ese contrato de US$ 590 millones.
“Estoy muy decepcionado, francamente”, dijo Friedrichs. “Uno de los verdaderos retos cuando surge un nuevo patógeno es que lleva tiempo producir terapias, y lleva tiempo producir vacunas. Así que trabajamos muy estrechamente con la industria para tratar de encontrar formas de financiar la investigación y los ensayos clínicos y asegurarnos de que teníamos una variedad de opciones disponibles si este virus se volvía más peligroso”, dijo. “Porque simplemente no sabemos qué va a pasar después con este virus”.
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