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Israel deja claro que se reserva el derecho a reanudar guerra contra Hamas incluso si se llega a un acuerdo de alto el fuego

Alexandra Ferguson

(CNN) — Tras meses de negociaciones frenéticas, en diferentes ciudades y a múltiples niveles, Israel y Hamas están más cerca de alcanzar un acuerdo de alto el fuego. Pero incluso si se alcanza, lo que aún está lejos de ser seguro, podría acabar durando sólo unas semanas antes de que se derrumbe y se reanude la guerra en Gaza.

Mientras los negociadores de alto nivel se preparan para reunirse este fin de semana en El Cairo, siguen existiendo varios puntos conflictivos en las conversaciones sobre el posible acuerdo en tres fases. Pero Israel ha dejado claro que tras la fase inicial de seis semanas, una pausa en los combates puede ser sólo eso y que no está dispuesto a acordar un alto el fuego permanente.

“Estoy dispuesto a llegar a un acuerdo parcial, no es ningún secreto, que traiga de vuelta a parte de la gente”, declaró el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, al Channel 14 de Israel a finales de junio. “Pero estamos comprometidos a continuar la guerra después de la pausa para lograr el objetivo de destruir a Hamas. No renunciaré a ello”.

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No hay indicios de que la posición de Israel haya cambiado y el hecho de que esta postura no viole el acuerdo que se está discutiendo representa un gran avance para Israel en las negociaciones. En esencia, permite a Israel y a Hamas abandonar las discusiones tras la primera fase de seis semanas y reanudar la guerra.

Ese avance fue una concesión del grupo extremista palestino, que ha estado presionando para que la pausa temporal pase sin problemas a un alto el fuego permanente y se ponga fin a la guerra.

La cuñada de un rehén israelí fallecido que se reunió con Netanyahu esta semana, Riki Baruch, dijo a CNN que su conclusión de la reunión fue “la promesa del primer ministro de derrotar a Hamas y de seguir luchando hasta que regrese el último de los rehenes”.

A sabiendas de que el ansiado acuerdo no garantizaría el fin de la guerra, los funcionarios estadounidenses han rebajado sus expectativas y se han centrado en llegar primero a un periodo de calma, aunque técnicamente sólo sea temporal, con la esperanza de que durante la pausa se ejerza suficiente presión en múltiples frentes para evitar el resurgimiento de la violencia.

“En lo que estamos centrados ahora mismo es en conseguir un acuerdo de alto el fuego, conseguir que esos rehenes vuelvan a casa, conseguir seis semanas de calma”, dijo la semana pasada el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby. “Ese es realmente nuestro objetivo ahora mismo”.

Un acuerdo de alto el fuego que conduzca a una pausa en los combates sería bien recibido por innumerables personas de ambos bandos. Los palestinos de Gaza, casi todos desplazados, obtendrían un respiro tras casi un año de continuos bombardeos israelíes, además de una ayuda que necesitan desesperadamente. Las familias israelíes conseguirían que los rehenes o sus cadáveres volvieran a casa tras 10 dolorosos meses de espera.

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Quedan enormes desafíos si se alcanza un acuerdo inicial

Pero por complicados que sean los obstáculos para alcanzar esta primera fase de un acuerdo, se avecinan retos aún más duros antes de que Israel acceda a poner fin a la guerra.

Tal y como está planteado el acuerdo, ese final definitivo de los combates se prevé que comience en la segunda fase, momento en el que Hamas liberaría a todos los rehenes restantes y todas las tropas israelíes se retirarían de Gaza. En la tercera fase, comenzaría la reconstrucción del enclave y se devolverían los últimos restos de rehenes.

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Al anunciar el marco el 31 de mayo, aceptado tanto por Hamas como por Israel, el presidente Joe Biden admitió que quedarían muchos asuntos por negociar una vez iniciada la pausa temporal. Hamas esperaba que la única discusión que quedara fuera sobre cuántos prisioneros palestinos serían liberados por los rehenes israelíes, pero Israel presionó para que ese tema, conocido como las “llaves” fuera sólo uno de los temas que las partes pudieran discutir durante la transición de la primera fase para asegurar la segunda.

Biden había dicho que mientras continuaran esas discusiones, también continuaría el alto el fuego de la primera fase, más allá de la marca de las seis semanas. Por mucho que los mediadores, Estados Unidos, Egipto y Qatar, se esfuercen en mantener esas conversaciones para evitar la reanudación de los combates, podrían simplemente fracasar y ambas partes podrían volver a tomar las armas.

Horas después de que Biden expusiera el marco del 31 de mayo, la oficina de Netanyahu publicó en X que “las condiciones de Israel para poner fin a la guerra no han cambiado”.

“La destrucción de las capacidades militares y de gobierno de Hamas, la liberación de todos los rehenes y la garantía de que Gaza ya no constituye una amenaza para Israel”, afirmó.

Se cree que el líder de Hamas en Gaza, Yahya Sinwar, sigue vivo a pesar de los feroces esfuerzos israelíes por capturarlo. Miles de combatientes de Hamas y de la Yihad Islámica Palestina permanecen también en el campo de batalla.

Sólo se espera que Hamas libere a unos 30 de los más de 100 rehenes israelíes que quedan en la primera parte de una tregua y aún no está claro cuántos de ellos estarían vivos, dicen fuentes familiarizadas con las conversaciones.

Los negociadores siguen discutiendo cuántos y qué prisioneros palestinos se liberarían a cambio, cuántos vetos tendría Israel sobre los nombres que propondría Hamas de los que cumplen condenas más largas por delitos más violentos y a dónde serían liberados.

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Nueva propuesta del corredor Philadelphi

Recientemente se ha prestado mucha atención a la cuestión de la presencia de efectivos israelíes a lo largo de la frontera entre Egipto y Gaza, conocida como el corredor Philadelphi. En el acuerdo que se está discutiendo, se supone que las fuerzas de las FDI se retirarán de las zonas densamente pobladas, pero Israel ha argumentado que la frontera no lo es y que es vital para impedir el contrabando de armas a Gaza.

El miércoles, la oficina de Netanyahu desmintió un informe israelí según el cual había aceptado retirarse del corredor.

“La consecución de todos los objetivos [de Israel] para la guerra requiere asegurar la frontera sur”, según un comunicado.

Mantenerse en Philadelphi durante la primera fase de seis semanas, aunque fuera de forma más limitada y con menos fuerzas, daría a Israel flexibilidad y más opciones militares para escenarios posteriores.

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Israel presentó una nueva propuesta sobre el corredor que Egipto hará llegar a Hamas, según informó previamente CNN este viernes. Israel presentó el plan revisado el jueves, según informes de un diplomático y una fuente israelí familiarizada con las conversaciones.

La nueva propuesta israelí, que incluye un mapa de dónde se desplegarían las fuerzas israelíes, reduce el número de efectivos y de puestos militares a lo largo del corredor estratégico fronterizo con Egipto respecto a la posición anterior de Israel, dijo la fuente israelí. Los negociadores egipcios habían rechazado el anterior mapa israelí días antes y se negaron a transmitirlo a Hamas, calificándolo de imposible.

La respuesta de Hamas a la nueva propuesta será decisiva para determinar si envía negociadores a una esperada cumbre de negociación en El Cairo el domingo. Si asisten, las dos partes podrían celebrar verdaderas negociaciones, con la delegación de cada parte ocupando una sala y mediadores egipcios y qataríes yendo y viniendo entre ambas.

La nueva propuesta fue el producto de una reunión de horas entre Netanyahu y su equipo negociador el jueves, en la que Netanyahu aceptó reducir los niveles de efectivos. Esa reunión se produjo un día después de que Netanyahu hablara con el presidente Joe Biden, que presionó a Netanyahu para que mostrara más flexibilidad sobre el corredor Philadelphi.

Profundas divisiones entre los dirigentes israelíes

Existen profundas divisiones y diferencias de opinión entre los responsables de seguridad de Israel y el gobierno de Netanyahu. Los miembros de ultraderecha de su gabinete han arremetido contra cualquier acuerdo de alto el fuego, mientras que los informes israelíes citan a funcionarios de seguridad que acusan a Netanyahu de sabotear las negociaciones.

“A los militares (israelíes) les gustaría un alto el fuego ahora, un alto el fuego que logre los objetivos de sacar a los rehenes”, dijo un alto funcionario estadounidense. “Todas las cuestiones pendientes son manejables. No son perfectas, pero son manejables”.

El principal negociador del Gobierno de Biden, el director de la CIA Bill Burns, aterrizó en El Cairo para la última ronda de conversaciones el viernes.

Para tratar de ultimar un acuerdo, EEUU, junto con los otros dos mediadores Qatar y Egipto, presentó una propuesta para zanjar los últimos desacuerdos.

A principios de esta semana, el secretario de Estado Antony Blinken, que se encontraba de visita en Israel, declaró que Netanyahu había aceptado la propuesta mientras que Hamas aún no lo había hecho.

Hamas ha acusado a Israel en los últimos días de cambiar los términos, mientras que los informes han afirmado que Netanyahu ha cambiado y renegado de una serie de posiciones.

Un alto funcionario del gobierno de Biden calificó recientemente los cambios de Israel de “aclaraciones”, mientras que los funcionarios estadounidenses han mantenido pública y persistentemente que el acuerdo está cerca y que sólo quedan por discutir cuestiones de “implementación”.

Pero muchos de los implicados no son tan optimistas.

Una fuente familiarizada con todas las discusiones desde que la última tregua temporal se vino abajo hace casi nueve meses calificó la situación de “casi desesperada”, añadiendo que las negociaciones de esta semana tras la ronda de la semana pasada en Doha no han producido avances positivos.

Una gran incógnita es qué quiere el líder de Hamas, Sinwar: una tregua para sus combatientes y los palestinos que sufren inmensamente o un conflicto regional mayor impulsado por Irán y Hezbollah que absorbería aún más a Israel.

Algunos observadores creen que Sinwar está esperando a ver cómo Hezbollah en el Líbano e Irán toman represalias contra Israel por los recientes asesinatos de un alto comandante de Hezbollah en Beirut y del líder político de Hamas en Teherán.

Sea cual sea el resultado de las conversaciones del fin de semana, todo parece indicar que lo máximo que Israel está dispuesto a considerar ahora mismo son 42 días de calma. Después de eso, cualquier cosa puede suceder.

“Es fácil ser pesimista porque ha durado mucho tiempo”, reconoció el alto funcionario estadounidense. “Podrían haber cerrado esto muchas veces pero no lo hicieron”.

— Jeremy Diamond y Jennifer Hansler de CNN contribuyeron con este reportaje.

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