Biden, aún dolido por su salida como candidato para 2024, centra su atención en Harris y en su propio legado
(CNN) — El presidente Joe Biden aún está dolido por haberse visto obligado a abandonar su campaña de reelección hace ya más de tres semanas y ha dejado claro a sus allegados que estaba especialmente descontento con la expresidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi, con quien no ha hablado desde que decidió abandonar su candidatura.
Las fuentes no llegaron a utilizar la palabra “rencor”, pero dijeron que Biden no olvidaría pronto a quienes parecían ser los más involucrados en que se apartara. Aunque ha agradecido el caluroso abrazo de los demócratas tras su decisión, también ha habido momentos en los que ha mirado con desagrado los homenajes públicos de ciertos miembros del partido que más activamente trataron de apartarle de la carrera.
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El proceso que lo llevó a abandonar la campaña dejó al presidente amargado y aliviado, según personas familiarizadas con su mentalidad, que afirman que Biden aún está procesando los acontecimientos que condujeron a su destitución como abanderado demócrata aunque cree firmemente que tomó la decisión correcta. Otra fuente familiarizada con el asunto dijo que Biden estaba descontento en ese momento, pero “no está pasando el tiempo reflexionando” sobre ello.
El portavoz de la Casa Blanca, Andrew Bates, rebatió la caracterización de que Biden seguía rumiando su descontento con Pelosi, diciendo que “no era exacta” y que la atención del presidente está “en el futuro, no en el pasado”.
Aunque el presidente, de 81 años, guarda cierto remordimiento por cómo se desarrolló todo, Biden también está ahora animado por la oportunidad de dar lustre a su legado sin tener que llevar a cabo una magullada campaña contra el expresidente Donald Trump.
Y si Biden alberga algún resentimiento persistente, ha sido claro sobre una cosa: no guarda ninguno hacia su vicepresidenta, Kamala Harris, que le ha sustituido rápidamente en lo alto de la candidatura demócrata.
Biden ha dicho a la gente que está orgulloso tanto de cómo Harris estuvo a la altura de las circunstancias para sustituirlo en la candidatura como de cómo el partido se unió en torno a ella, en gran parte porque él la respaldó rápidamente como su sucesora elegida.
Biden y Harris harán su primera aparición oficial conjunta en sus nuevos papeles de presidente saliente y candidata demócrata el jueves en un acto centrado en el costo de los medicamentos.
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Desde que abandonó la campaña el mes pasado, se ha articulado un mandato inequívoco tanto para el Ala Oeste como para los antiguos funcionarios de la campaña de Biden: todo aquel que estuviera trabajando -hasta hace unas semanas- para la reelección del presidente debería ahora canalizar esa misma energía para ayudar a la elección de Harris.
Aunque el equipo de Biden siempre ha incluido a la oficina de la vicepresidenta en la coordinación de la estrategia, la política y los mensajes, las fuentes describieron una nueva dinámica interna en la que se solicita más información a los principales asesores de Harris, incluida su secretaria General, Lorraine Voles, cuyo papel se ha integrado más en el Ala Oeste. Voles se reunía antes regularmente con el secretario General Jeff Zients, pero ahora ambos se reúnen a diario, según una fuente familiarizada con el asunto. Zients también se reúne regularmente con Harris.
El Ala Oeste, según una fuente familiarizada con la dinámica, es “más deferente con la vicepresidenta. Antes, habría sido: ‘El presidente está anunciando X cosa’… Ahora, es más una conversación para asegurarse de que también tiene sentido para ella”.
Un alto funcionario de la Casa Blanca dijo que hay casi una “sobrecomunicación” con el equipo de la vicepresidenta en todos los asuntos para asegurar que no haya “sorpresas, ni errores, ni cables cruzados”.
Biden, por su parte, ha indicado que está dispuesto a hacer muchas cosas en la recta final de las elecciones generales que podrían ser útiles para Harris, dijeron las fuentes, incluida una intensa campaña en Pensilvania, el estado disputado clave donde nació.
Las fuentes dijeron que es probable que Biden trate de ayudar a reunir a Harris con coaliciones con las que ha gozado de popularidad: entre los trabajadores sindicales, los ciudadanos de la tercera edad y los estadounidenses de zonas rurales.
El presidente considera que Harris se ha mantenido inquebrantablemente leal incluso cuando una avalancha de demócratas le pedían que abandonara la carrera de 2024 a lo largo del mes de julio o, como en el caso de Pelosi, expresaban públicamente sus preocupaciones. Personas cercanas a Harris dicen que “se mantuvo en su carril” y se negó a participar en las llamadas entrantes que su equipo recibió de legisladores, estrategas y donantes que expresaban su apoyo a ella para reemplazar a Biden en la boleta electoral.
“[Harris] intencionadamente o no, jugó a la perfección, lo que le dio margen para apoyarla”, dijo un alto cargo demócrata cercano al Ala Oeste y a la oficina de la vicepresidenta. “Está dispuesta a hacer lo que haga falta para ayudarla”.
El acto del jueves sobre el costo de los medicamentos pondrá de relieve un punto de la agenda que ha sido central en el mandato de Biden y que se espera que Harris pregone, ya que el costo de la vida sigue preocupando mucho a los votantes.
En las últimas tres semanas, Harris ha estado evaluando cuidadosamente dónde romper con Biden en política y mensajería. Ha abandonado el mensaje catastrofista de su equipo, centrado en el 6 de enero de 2021 y en el peligro que Trump representa para el país, en favor de un mensaje más centrado en el optimismo y la alegría. Y cuando dé a conocer su plan económico en los próximos días, tendrá que equilibrar su propia proximidad a las políticas del Gobierno de Biden, dicen las fuentes, con el descontento general entre el electorado con el historial de Biden en materia económica.
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Preservar su propio legado
La promesa de Biden de ayudar a Harris a ganar es genuina, según las personas con las que ha hablado, en gran parte porque considera que su éxito es una parte clave de su propio legado. En la Casa Blanca existe un claro entendimiento de que ese legado está intrínsecamente ligado al éxito de Harris, y Biden ha advertido repetidamente de que un segundo mandato de Trump podría deshacer algunos de sus logros.
Aún así, Biden no ha dejado de preguntarse qué habría pasado si no hubiera estropeado el debate de CNN en junio, que finalmente precipitó su salida de la carrera. Sigue insistiendo en que su pobre actuación se debió a una enfermedad y nada más, y ha señalado las encuestas que, según él, mostraban una carrera muy ajustada con Trump.
En un momento inmediatamente posterior a su decisión de apartarse, se habló de la posibilidad de que el presidente asistiera al discurso de Harris en la convención del próximo jueves para verla aceptar formalmente la designación del partido. Pero esas conversaciones no avanzaron, y no se espera que Biden participe en el evento de Chicago más allá de su discurso en horario estelar el lunes por la noche.
Los funcionarios dicen que los planes sobre cómo Biden hará campaña con y para Harris todavía se están ultimando y es probable que tomen forma después del Día del Trabajo. Se espera que Biden asista a otros actos conjuntos con Harris y que recaude fondos para su campaña en las próximas semanas, según un asesor de Biden.
El presidente, según un exfuncionario demócrata, podría ser utilizado por la campaña de Harris como “validador, elemento de apoyo e invitado especial”, lo que sugiere que Biden y el equipo de Harris serán estratégicos en cuanto a los temas en los que él decida intervenir, y también podría dar cobertura a la campaña de Harris en ámbitos políticos en los que ella intente crear cierta discrepancia.
Por muy activo que sea el presidente como sustituto de su excompañera de fórmula, será sólo una parte de los más de cinco meses que le quedan en el cargo.
Casi inmediatamente después de terminar su campaña, Biden pidió a sus asesores principales que empezaran a elaborar una agenda para el resto de su mandato.
“El mismo día -era un domingo cuando el presidente decidió no presentarse a la reelección- reunió al equipo directivo aquí en la Casa Blanca y nos preguntó cuál es el plan para los próximos 180 días para terminar tan fuerte como empezamos”, dijo el secretario General de la Casa Blanca, Jeff Zients, en una llamada telefónica la semana pasada, según el audio de la llamada obtenido por CNN. Zients añadió que Biden estaba centrado en la aplicación continuada de la legislación, pero también en nuevas políticas.
El final abrupto de las ambiciones políticas de Biden fue una sorpresa para muchos dentro de la Casa Blanca, que no había desarrollado planes alternativos en caso de que abandonara. El personal tardó algún tiempo en recalibrar su enfoque, que limitará los viajes nacionales de Biden, salvo para hacer campaña por Harris, y pasará más tiempo en el extranjero para cimentar su legado en política exterior.
“Pueden esperar meses muy ajetreados de actividad, de cumbres y viajes para asegurarnos de que hacemos todo lo posible para dejarlo sobre el terreno”, dijo el asesor de Seguridad Nacional Jake Sullivan a los responsables políticos en la llamada, añadiendo que habría “cumbres de alto nivel tanto aquí como en el extranjero”.
Aunque los funcionarios de la Casa Blanca se han mantenido herméticos sobre los posibles viajes al extranjero, algunos apuntan en privado a Europa como destino obvio para destacar su labor de fortalecimiento de la alianza de la OTAN y la defensa estadounidense de Ucrania. También apuntan a un mayor compromiso con la India y África, donde Biden ha dado prioridad a la creación de asociaciones que disminuyan su dependencia de China y contrarresten el poder blando de Beijing en todo el mundo. Biden visitó la India cuando este país acogió la Cumbre del Grupo de los 20 en 2023, pero no ha cumplido su promesa de visitar el continente africano.
A medida que se acerca el G20 de 2024 en Brasil, Biden debe sopesar la posibilidad de un último cara a cara con Xi Jinping de China. Conoce al líder, al que recientemente calificó de “dictador”, desde hace décadas y le ha advertido contra la agresión en el Indo-Pacífico. Sus colaboradores han hablado de añadir otras paradas al viaje a Brasil.
Mantener un perfil bajo
Por ahora, sin embargo, la agenda del presidente ha sido mucho más ligera que cuando aún era candidato. Al no tener que demostrar su vigor y perspicacia a un público escéptico, ha viajado con menos frecuencia y ha celebrado menos actos públicos en la Casa Blanca, optando en su lugar por reuniones a puerta cerrada con su equipo.
Mantenerse alejado de los focos también ha sido un movimiento estratégico destinado a dar espacio a Harris en las incipientes semanas de su campaña, dijeron las fuentes.
“Todo el mundo ha estado hablando de cómo tiene que definirse. Que él se haga a un lado y la deje ser el centro de atención es dejar que se defina a sí misma. Ella tiene los titulares, se está comunicando directamente y captando a la gente”, dijo una fuente familiarizada con la dinámica.
Biden celebra el intercambio de prisioneros y subraya la importancia de los aliados en un momento crucial para su legado
Desde que suspendió su campaña de reelección, Biden ha permanecido en gran medida a puerta cerrada, recibiendo sesiones informativas, celebrando reuniones y llamando a sus homólogos de todo el mundo en medio de las importantes tensiones en el Medio Oriente. Ha pasado la totalidad o parte de 14 de los últimos 24 días en una de sus casas de Delaware o en Camp David.
En particular, se unió a la vicepresidenta en la Base Conjunta Andrews para dar la bienvenida a la histórica liberación de prisioneros rusos, un logro clave que, según dijo, subraya su labor de reconstrucción de alianzas en el extranjero.
El miércoles, Biden se dejó caer por una conferencia de la Casa Blanca para creadores digitales, donde se mostró dispuesto a encontrar algo de humor en los recientes acontecimientos.
“Ustedes se abren paso de una manera que creo que va a cambiar toda la dinámica de la forma en que nos comunicamos. Y por eso los invité a la Casa Blanca, porque estoy buscando trabajo”, dijo.
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